Editoriales

(11/05/2017)
LA PROTESTA CONTRA UNO DE LOS PODERES CONSTITUCIONALES (por Juanca Bardeiro)

Es legal o no es legal? Es golpista o no es golpista? Es golpista protestar contra decisiones de Macri?....siendo que el Poder Ejecutivo es un poder Democratico y Constitucional...es golpista tomar las calles en masa y manifestarse contra una decisión del Presidente? o hay que considerarlas golpistas y reprimir?. Hay que hacer caer el peso de la fuerza contra las manifestaciones que pretenden torcer las decisiones de uno de los tres poderes del la Nacion?
De ser asi, el acto de ayer contra la CORTE SUPREMA, organismo mas alto del PODER JUDICIAL sería completamente golpista y anticonstitucional. Y habría que haber reprimido. Y voy a referirme a aquellos que sostienen este tipo de pensamientos y que ayer manifestaron. Miembros PRO del Congreso, que fueron ayer a la manifestación debieron haber sido reprimidos, con toda la fuerza de la policia. Miembros PRO del poder Ejecutivo que ayer adhirieron al reclamo, desde este punto de vista, han tenido una actitud GOLPISTA Y DESTITUYENTE contra uno de los poderes de la Nacion, el Judicial.
Todos tenemos claro que fueron por medicion de encuestas y no por conviccion, y muchos, como yo, pensamos que las protestas no son destituyentes, sino COMPLETAMENTE DEMOCRATICAS. Pero marco esta contradiccion porque muchos funcionarios, diputados, votantes, amigos, contactos de facebook, que normalmente tildan de DESTITUYENTES Y GOLPISTAS las manifestaciones, ayer adhirieron a esta marcha, y por sus propios dichos, se convirtieron a si mismos en GOLPISTAS Y DESTITUYENTES, y, segun lo que ellos reclaman, habría que haberlos reprimido.
Muchos de ellos, amigos nuestros, creen que la democracia se trata de protestar por causas que ellos consideran, y las demas causas son golpistas, las de ellos no. El pensamiento fascista al extremo.
Espero que mis lectores recuerden esto, y le hagan notar su incoherencia fascista a sus amigos que tildan de golpistas a las manifestaciones, pero ayer estuvieron presentes en una manifestacion contra EL ORGANISMO MAXIMO DE UNO DE LOS TRES PODERES CONSTITUCIONALES.
Y espero que los periodistas se lo recuerden a los invitados y panelistas que habitualmente hablan de manifestaciones GOLPISTAS Y DESTITUYENTES, y ayer tuvieron exactamente esa actitutd, segun su propia opinion, y no la nuestra, y que en vivo, al aire, le recuerden su actitud de GOLPE CONTRA LA CORTE SUPREMA.
Estoy harto del doble discurso....se puede o no se puede manifestar?




(28/03/2017) 
CARTA A UNA MAESTRA QUE ESCRIBIÓ UNA CARTA A HEBE DE BONAFINI (por Federico Coutaz)

Señora Mariela Stumpfs, anoche leí su carta que publicó en Facebook y que diario Clarín también publicó como carta “triste” y , quizás porque también soy docente hace unos cuántos años, se me ocurrieron algunas ideas que podrían ayudarla en su problema y en su tristeza.
Respecto de su mayor angustia, creo que bastaría simplemente con que les cuente a sus alumnos que, a pesar de lo que usted les enseñó hace un par de días, a partir de ahora uno de los grupos de madres de plaza de mayo ya no se define como organismo de derechos humanos sino como agrupación política, no veo nada malo en eso y estoy seguro que todos sus alumnos podrán entenderlo sin dificultad ni frustración.
Pero ya que se preocupa por la confusión que podría generar en ellos, debería aclararles también que Madres de Plaza de Mayo y Abuelas de Plaza de Mayo son, desde su origen, agrupaciones distintas, como su nombre lo indica, con distintas miradas y sobre todo con distintos objetivos.
Por otra parte me preocupa que oponga tan ligeramente política a nobleza, y que enseñe eso a sus alumnos, si de verdad pretende enaltecer la democracia. Debería tener en claro que tal oposición no existe y menos en la historia de estas organizaciones ya que desde el mismo momento en que las abuelas y las madres transformaron una tragedia personal en una lucha colectiva comenzaron una lucha política –ciertamente noble- y justamente por eso fueron reconocidas como usted bien dice.
En este sentido, sería muy importante que no enseñe “solo la parte buena” ni “el vaso medio lleno” de Hebe de Bonafini ni de nada, mejor confíe y estimule la capacidad de valoración y pensamiento crítico y autónomo de sus alumnos, subestimarlos es casi lo peor que puede hacer. Además, si enseña ciencias sociales debería saber que el bien y el mal no son criterios que sirvan para entender a las personas ni mucho menos los procesos históricos.
También le pido que no siga aclarando que no es cristinista ni macrista y que no milita en ningún partido como si ser cristinista o macrista o militar en un partido fuese algo malo o como si eso le diera más derecho a opinar y la hiciera más o mejor ciudadana. Debería pensar, hoy que los docentes de casi todo el país estamos de paro exigiendo salarios dignos y presupuesto educativo, que sus derechos como trabajadora y los de los padres y madres de sus alumnos no existirían si en este país no hubiera existido la lucha de trabajadores comunistas, socialistas, anarquistas y después radicales y peronistas. Tampoco usted podría definirse como ciudadana ni como argentina si por ejemplo San Martín, Belgrano, Moreno, Casteli, Juana Azurduy y tantos otros se hubieran declarado, como usted, orgullosamente neutrales (como si tal cosa fuese posible).
Esa pretendida y falsa neutralidad que usted pregona es la que favorece la tranquilidad, la quietud pero también la imposición, la ignorancia y la estupidez. Digo esto porque Leí comentarios sobre su carta en los que mucha gente vuelve a asumir la teoría de los dos demonios como si ninguna maestra les hubiera explicado lo que es el terrorismo de estado y por qué están condenados los militares genocidas.
Sin otro particular, la saludo muy atentamente.
Federico Coutaz DNI 26064874,  Santa Fe, 28 de Marzo de 2017 


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Reseña de una Militante sobre el 24 de marzo de 2017

Y llegó un nuevo 24 de Marzo, cargado de sentimientos, de lucha y de memoria, llegó particularmente con un olorcito a nuevo, sintiendo que "a pesar de los golpes..." seguimos de pie; olorcito a nuevo con nuevos rostros, porque los que siempre marchamos desde hace años (o décadas) vimos nuevas caras, vimos columnas repletas de personas que con o sin pecheras caminaron, algunos por primera vez, al lado de todos, siendo codo a codo muchos más que día...
Y fuimos avanzando frente a miradas acusadoras y muchas de aceptación, sin la coca y sin el chori (que siempre me los pago yo), parando de a ratos mirando en los bares del centro, un poco desolados, como algunos dedos en v se levantaban a nuestro paso.
Se fueron sumando más y más caras, piernas, brazos, familias, hermanos, compañeros a seguir marchando y cantando.

Cantar por los compañeros detenidos, torturados, desaparecidos, cantarle a las madres, cantar la marcha... gritar "vos sos la dictadura" a alguien que consideramos una basura. Todo junto y mezclado pero con lo que representa esta fecha en nuestros corazones, apoderarnos de lo nefasto y convertirlo en lucha por la verdad y la justicia, como nos enseñaron nuestras viejas locas de la plaza, siempre desde la alegría. Así lo vivimos, así se vio, como una fiesta donde nos encontramos a recordar, recordarlos, con su lucha y con la sonrisa con la que aparecen en las fotos en blanco y negro; una fiesta repleta de invitados que sin enojos y sin empujones participamos todos. Bailó la murga y bailamos con ellos, gritamos PRESENTES! y estaban ahí,  los sentimos sosteniendo nuestras banderas, que son las mismas que la de ellos, susurrandonos al oído luche y vuelve compañero... aquí estamos, no nos fuimos, NO NOS HAN VENCIDO !!!

Por: Josefina María del Milagro Vera Amate Perez

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A LA HISTORIA, HAY QUE CABALGARLA.
Por:  Reynaldo Daniel Sarraute

En homenaje a un 25 de marzo, hace ahora 9 años atrás   Una vez más sobre el 25 de marzo de 2008

La sociedad argentina está signada por un grueso trazo que la parte en dos. De un lado, unos pocos sectores dominantes, la oligarquía y los monopolios. Del otro, las mayorías nacionales, el conjunto del pueblo trabajador. La pugna de poder entre estas dos argentinas dibuja la trama del curso de nuestra historia. Sectores dominantes y pueblo procuran incidir en el curso de los acontecimientos en función de sus respectivos intereses. La base material es el reparto de la riqueza nacional. Lo que beneficia a los sectores dominantes perjudica a las mayorías. Y la redistribución de la riqueza a favor del pueblo no puede realizarse sin afectar las ganancias de la oligarquía y los monopolios. En el curso de esa pugna hay momentos excepcionales. Períodos breves de tiempo, de unos pocos días e incluso unas pocas horas, en los que la historia se condensa. Las coordenadas (sociales, políticas, económicas, culturales y de todo tipo) convergen de golpe en un solo punto, en un instante coyuntural cuyo desenlace puede modificar de manera radical el curso de los acontecimientos. Cuando así ocurre, la sociedad suele, de repente, encontrarse sumida en un escenario nuevo, diferente. Se trata de momentos de alta densidad histórica, con muchas enseñanzas. En este sentido, la jornada del 25 de marzo de 2008, por lo que fue, pero sobre todo por lo que no alcanzó a ser, puede considerarse como un momento clave en medio de la crisis de la resolución 125 que implementaba las retenciones móviles. Ese martes tenía sin duda un destino sedicioso. Casi se podría decir que estaba escrito. En todo caso, sí, planificado. Dos semanas antes, un sector de productores agropecuarios, liderado por sus principales cámaras empresariales, daba inicio a una protesta que se extendería varios meses hasta el voto no positivo del vicepresidente Cobos, que traicionaba así programa y electores. Durante 127 días, la protesta de las patronales rurales puso en jaque al país y al gobierno. Y lo hizo con violencia. Cientos de piquetes cortaron las principales rutas del país y cercaron las ciudades; desabastecieron de alimentos a la población y de insumos a la industria, generando una suba generalizada de precios que acentuó el costo de la canasta popular. Lanzada en un comienzo por dos días, la protesta fue prolongada luego a ocho, y ese 25 de marzo, horas antes del anunciado discurso presidencial, se convirtió en un ultimátum por tiempo indeterminado, exigiendo al gobierno el cambio de la política económica. El conflicto por las retenciones móviles asumía así un carácter político. Las demandas no solo expresaban una estrategia sectorial para asegurarse las mayores tajadas en la distribución del ingreso, sino que se convertían en un decidido intento de instalar en la sociedad un clima político “destituyente”. La presidenta Cristina Fernández lo expresó con claridad: “A mi, en el 2008, me quisieron destituir. Sí. No tengo ninguna duda” (*).   El asunto es que ese 25 de marzo, en un clima de agitación social estimulado por los principales medios de comunicación y como producto de una masiva campaña de correos electrónicos y mensajes de texto en los días previos, sectores de derecha de las capas medias urbanas y partidos de la oposición protagonizaron cacerolazos en algunas esquinas de la Capital (y otras ciudades del país), en apoyo a los patrones del campo y llamando directamente a la destitución del gobierno. En Buenos Aires, la consigna era ocupar la Plaza de Mayo. A juzgar por las transmisiones televisivas y radiales que incitaban frenéticamente a sumarse a la protesta, y por los planos cerrados, desde abajo, que ofrecían imágenes de grupos de caceroleros, parecía que decenas de miles de personas se sumaban y confluían hacia la plaza del pueblo. Y bien pudo haber sido así. El país estuvo a un tris de encontrarse con la foto sediciosa de una Plaza de Mayo repleta de clase media y agitadores de todo el abanico de la derecha, apoyados por sectores de una mal llamada izquierda, exigiéndole a la presidenta su salida del gobierno o un retroceso en sus políticas para cederle espacio a la ofensiva oligárquica. Pero algo falló, ese día, en los planes oligárquicos. Grupos pequeños de militantes sueltos, del FTV, de Octubres, del Evita, de la Martín Fierro, se acercaron desde temprano en la tarde a la Plaza y por allí se quedaron, atentos. Algo intuían, sin saber exactamente qué. Cecilia Pando arengaba, megáfono en mano, en las inmediaciones de las rejas de la Casa Rosada. Y medios, muchos medios la cubrían. No era momento para titubeos. Gastón Harispe, Luis D’Elía, Emilio Pérsico, Juan Cruz Daffunchio, Quito Aragón y otros, calentaban celulares intercambiando datos y pareceres. Ya entrada la noche, con la Plaza ocupada por 7 u 8 mil personas que clamaban por la destitución de “la yegua”, y antes que llegaran otros miles de sediciosos, los kirchneristas, que no eran más de 150, decidieron avanzar. Había que desalojar a los reaccionarios. La feroz estigmatización que la derecha y los medios venían haciendo de los piqueteros jugó un rol inesperado. Ante el avance a paso firme, codo con codo, de ese pequeño grupo de militantes populares, las fuerzas pro-oligárquicas escaparon a la desbandada. Por cierto, los demócratas, los progresistas, los revolucionarios, todos los que nos identificamos con los intereses de las mayorías ciudadanas, estamos en deuda con esos poquitos compañeros que el 25 de marzo de 2008, movidos por una sensibilidad social y un olfato político dignos del respeto popular, reaccionaron con rapidez, le pusieron el cuerpo a la incipiente manifestación de la derecha y desbarataron la maniobra tendiente a que la foto reaccionaria se hiciera realidad. Ahora bien. Está claro que cuando el adversario puso en marcha el operativo de la reacción resultó imprescindible apretar filas y actuar en sólida unidad, montarse en la coyuntura adversa y cabalgarla para ponerla en la buena senda que beneficia a las mayorías. ¿Pero es adecuado esperar a que se produzca el peligro para llevar a cabo la necesaria y estratégica construcción de la unidad de acción del movimiento popular? Si algo nos enseña la jornada del 25 de marzo de 2008 es que la historia se construye. Y para eso hay que cabalgarla. Oteando siempre el horizonte, anticipándonos a los acontecimientos. Militando hoy lo que exige la jornada y también lo que se requerirá mañana. Construyendo en el día a día todo lo necesario para asegurar el rumbo, tal como lo hace la presidenta. La oligarquía y los monopolios no quieren que haya una mayor democracia, más participativa, y tampoco aceptan que la riqueza se redistribuya a favor de las mayorías. Por eso, para seguir adelante con la política que nos propone el kirchnerismo, resulta imprescindible construir mucha fuerza popular organizada, algo que no se logra de la noche a la mañana. De ahí la enorme importancia del mensaje de la compañera Cristina, cuando el 23 de octubre, en la Plaza de Mayo, nos convocó a organizarnos “profundamente, en todo el territorio de la República Argentina, porque es necesario reconstruir el entramado social y político a lo largo y a lo ancho del país para defender la patria, para defender los intereses de los más vulnerables, y fundamentalmente, para que nadie pueda arrebatarles lo que hemos conseguido y el futuro de todos”.
Noviembre 25 de 2011.
Reynaldo Sarraute / Miembro del Secretariado Nacional de Octubres
(*) “Historia de una vida”, Sandra Russo, Editorial Sudamericana, página 293.

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