CA-TV : febrero 2018

sábado, 24 de febrero de 2018

María Eugenia Vidal, la versión PRO de la diosa Jano, dulce para la foto y amarga para tratar a los pobres, es de las pocas dirigentes de alto nivel de la alianza gobernante que no proviene del exclusivo grupo de los multimillonarios argentinos.
Inició su preescolaridad en el Colegio de las Hermanas de San José de Flores, congregación fundada por Juan Bosco para atender a los sectores marginales de la sociedad.
La dictadura genocida multisectorial de 1976 recién llevaba un año en el proceso de desguace de la Argentina.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en esa institución creada para los pobres y usufructuada por los adinerados, egresando en los primeros años de los noventa.
Su madre, mientras tanto, manejaba la mesa de dinero del Banco Mayo, sobre cuya estafa informaba en 2001 al Congreso de la Nación la doctora Carrió, hoy integrante de Cambiemos
Desde 1996, en que aparentemente obtuvo su licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina, la doctora Vidal percibió casi siempre sus haberes del Estado o de ONG relacionadas con la educación, como es el caso del Grupo Sophía.
Pobres y educación son el eje sobre el que pivotean sus intereses. Pero sus intereses no son los mismos de los pobres y de los educandos y de los educadores.
Desde fuera podría llegar a pensarse que la mejora de la educación es parte de su credo ideológico. Pero esa parte de su credo está dentro de un contexto mayor que reza: «El Mercado es el único Dios verdadero y natural; el Estado es una invención de los hombres».

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Medio siglo antes, en el mismo Colegio de las Hermanas de la Misericordia de Flores, un hijo de un empleado ferroviario, iniciaba su jardín de infantes. Luego continuaría sus estudios en un colegio salesiano, instituto religioso fundado también por Juan Bosco para educar a los marginales. Los primeros alumnos de Don Bosco fueron los «berrichini», algo así como los pibes chorros. A esos pibes a los que la gobernadora Vidal les arroja la policía bonaerense con entrenamiento israelí.
Ese niño, de apellido Bergoglio, es el actual papa Francisco.

Articulo escrito por Alfredo Furlani

Entrenando a los perros de la guerra

En diciembre aparecieron lamentables imágenes de represión por parte de las fuerzas de seguridad argentina contra la población indefensa.
Luego llegaron noticias de la muerte por ejercicios extremos durante el entrenamiento de la policía riojana.
No pude dejar de recordar los crímenes de guerra de las fuerzas armadas del imperio japonés durante las primeras décadas del siglo pasado.
Los oficiales castigaban duramente a sus subordinados por cualquier motivo. Los suboficiales castigaban con mayor dureza todavía a los soldados. Los soldados se desquitaban torturando a los prisioneros.
Los soldados no habían elegido ser soldados: eran esclavos con uniforme. Eran carne de perro.
Quizá ellos mismos se consideraran en algún momento como perros. Pero no por eso dejaban de desgarrar las carnes de los prisioneros.
Los chicos aspirantes a convertirse en policías quizá pudieron haber elegido otro oficio.
No obstante ello, los tormentos a los que fueron sometidos por sus oficiales traen a la memoria los tormentos que sufrieron los soldados japoneses.
¡Sufre la tortura y aprende a torturar, aspirante!
Afuera te esperan tus compañeros y vecinos: duro con ellos.
La gente no soporta al pueblo, y vos sos parte de la sensación de seguridad que necesita la gente.
En unos años más, vos también podrás desquitarte con tus subordinados y vender la sensación de seguridad a los estúpidos que quieren comprarla.

Articulo escrito por Alfredo Furlani.