En diciembre aparecieron lamentables imágenes de represión por parte de las fuerzas de seguridad argentina contra la población indefensa.
Luego llegaron noticias de la muerte por ejercicios extremos durante el entrenamiento de la policía riojana.
No pude dejar de recordar los crímenes de guerra de las fuerzas armadas del imperio japonés durante las primeras décadas del siglo pasado.
Los oficiales castigaban duramente a sus subordinados por cualquier motivo. Los suboficiales castigaban con mayor dureza todavía a los soldados. Los soldados se desquitaban torturando a los prisioneros.
Los soldados no habían elegido ser soldados: eran esclavos con uniforme. Eran carne de perro.
Quizá ellos mismos se consideraran en algún momento como perros. Pero no por eso dejaban de desgarrar las carnes de los prisioneros.
Los chicos aspirantes a convertirse en policías quizá pudieron haber elegido otro oficio.
No obstante ello, los tormentos a los que fueron sometidos por sus oficiales traen a la memoria los tormentos que sufrieron los soldados japoneses.
¡Sufre la tortura y aprende a torturar, aspirante!
Afuera te esperan tus compañeros y vecinos: duro con ellos.
La gente no soporta al pueblo, y vos sos parte de la sensación de seguridad que necesita la gente.
En unos años más, vos también podrás desquitarte con tus subordinados y vender la sensación de seguridad a los estúpidos que quieren comprarla.
Articulo escrito por Alfredo Furlani.
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