lunes, 12 de abril de 2021

"TRAIDOR", UNA PALABRA USADA CON MUCHA LIGEREZA


 

Traidor. La creciente frecuencia en su uso impulsa la siguiente reflexión.

El justicialismo es una de las doctrinas políticas que hace de la lealtad uno de sus modelos de conducta y comportamiento.

Llamar a alguien traidor es endilgarle una de las peores condiciones humanas. Y todavía más dentro del peronismo.

Traidor es el término castellano originado en el latino Traditio, que es el quebrantar la fidelidad o lealtad debida. En el ámbito del derecho, es el delito por el que se atenta contra la seguridad de la patria.

Dentro de los tipos de traición, el más detestable es la entrega de alguien o algo. Deriva del término latino Tradere. El ejemplo más claro de esta conducta es la de Judas Iscariote, que entrega a su Maestro por un puñado de monedas.

Cuando un término se usa indebidamente, generalizando su uso, pierde su sentido, y puede ser aprovechado con fines no muy santos. Ejemplo de esto es el verbo "consumir". Ahora ya no comemos, no bebemos: sólo consumimos. Y consumir, en sentido estricto significa destruir totalmente algo.

No debemos olvidar en el campo nacional y popular que acusar de traición a la Patria es una de las praxis favoritas de los golpistas: lo hicieron con Perón, lo hicieron con Cristina.

 Usar indebidamente la palabra Traidor dentro de las filas del campo nacional y popular porque no nos gusta lo que hacen las autoridades, es colaborar a la destrucción o extinción de un gobierno popular.

Podemos usarla indebidamente sin estar conscientes del mal que estamos haciendo, y entonces somos unos inconscientes. O lo hacemos a sabiendas, y en ese caso los traidores somos los que acusamos y no el acusado.


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