Esto hace a los comienzos del peronismo. Los cabecitas negras no eran otra cosa que campesinos desplazados hacia las grandes ciudades. No hay campo sin campesinos; la tierra con campesinos desalojados es en realidad el agro. El agronegociado.
Cristina se enfrentó al agro en sus primeros momentos de gobierno, no al campo.
Esa gran migración interna se asentó en urbanizaciones precarias. Apareció así el urbano-negociado.
Los cabecitas negras de ayer son los villeros de hoy.
Pero los villeros de hoy molestan también a los desarrollistas y a los que no aguantan que el villero sea tan ser humano como ellos.
Entonces, los villeros son desplazados nuevamente, hacia localidades donde pierden lo más elemental en cuestiones de habitabilidad.
En Córdoba tenemos, por ejemplo, Juarez Celman, Malvinas Argentinas, Los Cedros. Todas comunas cercanas a la contaminación creada por los agronegocios.
Como corolario de todo esto, bien vale la pena advertir a los compañeros desempleados sobre los riesgos de un nuevo desarraigo.
Alfredo Furlani
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